lunes, 30 de marzo de 2015

Las momias. Ralph Barby


Novela de Ralph Barby (Rafael Barberán Domínguez y Àngels Gimeno) publicada por Editorial Bruguera en mayo de 1971 dentro de la colección La conquista del espacio con el número 41. Tenía 127 páginas. Fue reeditada en abril de 1984 dentro de la misma colección con el número 708. Entonces había pasado a tener 95 páginas.

Una expedición de arqueólogos descubre a principios del siglo XXI una gigantesca pirámide enterrada en el desierto egipcio. El profesor Renoir, francés, y la doctora Svetlana, rusa, dirigen la expedición de científicos internacionales encargada de desentrañar los secretos de la enigmática construcción enterrada. Al ser liberada de la arena que la mantenía oculta, la pirámide de granito perfectamente construida resulta tener 450 m. de altura (la pirámide de Keops tiene actualmente 138 m.). Los científicos detectan unas misteriosas radiaciones que proceden del interior de la pirámide, lo que hace que se avise inmediatamente a las Naciones Unidas. De inmediato es enviado un destacamento militar especializado en energía nuclear al mando del joven e intrépido capitán Kramer, para analizar el posible peligro que puede representar la misteriosa construcción.
Al parecer, las radiaciones no entrañan peligro para el ser humano y los científicos pueden abrir la pirámide para investigar sus secretos. Lo primero que notan al entrar es un tremendo frío. En el interior de la pirámide la temperatura está bajo cero. Al internarse por una galería descubren la entrada a una cámara gigante extraordinariamente iluminada. Un científico penetra en ella sin el permiso de Kramer y muere congelado.
La expedición, dotada ya con trajes antitérmicos, vuelve a la pirámide y penetra en la misteriosa cámara para descubrir que está llena de sarcófagos de oro aunque sus ocupantes parecen medir tres metros de altura. Súbitamente aparece un robot gigante que ataca a los expedicionarios que a duras penas consiguen salir de la pirámide. El robot les persigue hasta fuera de la pirámide y destruye con su rayo laser todo lo que puede ver. Luego vuelve al interior de la pirámide. Las armas de los terrestres no pueden nada contra su brillante cuerpo metálico.
Kramer, decidido a averiguar los misterios de la pirámide, vuelve a penetrar solo en la construcción. Descubre que las radiaciones proceden de una pila atómica, que es la que proporciona toda la energía a la pirámide. En la parte superior de ésta descubre una nave (un "platíbolo") dispuesta para ser utilizada. Al volver a las galerías inferiores descubre que los seres que ocupaban los sarcófagos han despertado de su letargo y es hecho prisionero.
Los seres son descritos como muy parecidos al dios Anubis de los antiguos egipcios (una figura antropomorfa con cabeza de chacal o perro), el dios funerario, maestro de las necrópolis. Los extraños seres dicen proceder de un planeta llamado Silver (se llaman a si mismos silvernitas). Su raza estaba en guerra perpetua con otro planeta llamado Cuprus, que venció al final. La expedición de silvernitas que llegó a la Tierra en tiempo de los egipcios es la única que se salvó de la destrucción y la única que puede prolongar su raza. Todo ello a cambio de dominar a los terrestres como hicieron con los egipcios, que les tomaron por dioses y construyeron la pirámide según sus instrucciones. La intención de los silvernista es extraer de Kramer toda la información posible para dominar la Tierra o si no destruir a la humanidad para ocupar su lugar. Pero Kramer logra escapar de la pirámide librándose del robot que lo vigilaba y escalando su parte exterior hasta llegar al hangar del "platíbolo". Allí le rescata Svetlana con una pequeña nave llamada "atomcóptero". Entre los dos se ha establecido durante estas aventuras una relación amorosa.

Gracias a las informaciones de Kramer, las Naciones Unidas deciden destruir a los silvernitas y a su pirámide con armas atómicas. Para ello, Kramer deberá emprender una misión suicida que pondrá en peligro su propia vida. Está en juego el futuro de la humanidad.

Interesante novela de ciencia ficción cuya primera parte resulta verdaderamente apasionante al crear una atmósfera de suspense realmente grata para el lector. A partir de la aparición del primer robot, la temática se vuelve más convencional, al tratarse del tema clásico de la amenaza extraterrestre sobre la humanidad, pero Ralph Barby consigue que el interés no decaiga en absoluto. La novela es absolutamente recomendable y no deja un momento de respiro al lector. Debemos señalar que nuestro autor seguramente estaba al tanto al escribir esta novela de las teorías acerca de extraterrestres que visitaron a la humanidad en siglos pretéritos y que proporcionaron a los egipcios parte de su tecnología y conocimientos científicos.

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